Para las nuevas generaciones que han entrado a la edad laboral en este último siglo, de manera inequívoca sólo tienen una idea muy estrecha de lo que este factor daña sus economías personales.
Los que vivieron la inflación de los años 80s, (Inflaciones de más del 150% anuales) en México, sin duda conocen los efectos de esta última en la vida cotidiana.
Mucho se ha escrito sobre el tema en la mayoría de las ocasiones, cayendo en la redundancia sobre los datos numéricos, las causas principales y proyecciones al corto y mediano plazo.
Sin embargo, hay nuevas variables que están tomando un rol muy importante para tener estas tasas peligrosamente altas en todo el mundo, que en el pasado no existían.
La meta de los últimos años del Banco Central en México respecto al porcentaje de la inflación, se encuentra en un rango de 3%, más o menos un punto porcentual como máximo. Una inflación baja comenzó a permitir tasas fijas y asequibles en créditos hipotecarios, préstamos personales, autos etc., en pocas palabras, permitió un mejor nivel de vida en general.
Parecería que se terminó un periodo de relativa estabilidad, que se mantuvo durante las últimas dos décadas por lo menos.
Este año se prevé un cierre de tasa de inflación que rondara el 10%, así mismo, lo que estamos viendo en Estados Unidos es sorprendente; por lo menos para los nuevos en el juego.
Como bien saben, la historia de la humanidad es cíclica, casi en todos los temas que nos conciernen, y este fantasma está de regreso, pero con una nueva variable muy importante, “El cambio climático”.
Ya mucho se ha hablado en los últimos meses de los temas coyunturales que inciden en la inflación actual; como son las cadenas de suministro, la guerra en el centro de Europa, los retrasos en los puertos chinos derivados de la pandemia, o como muchos apuestan, derivados de una estrategia desestabilizadora para su gran rival comercial que es Estados Unidos, o de manera más alarmante, un posible conflicto bélico por Taiwán.
La crisis que se ha desatado en todo el globo terráqueo es para tomarlo muy en serio.
Hace cuatro décadas se comenzaba hablar de una afectación a nuestro hogar (El planeta Tierra), sin embargo, parecía muy lejano; probablemente tus nietos lo vivirían, decían por ahí; pero la destrucción se ha acelerado de manera exponencial, y estábamos muy equivocados sobre los tiempos, sin duda los que estamos viviendo ahora mismo, nos toca ver el comienzo de los daños colaterales.
Por lo anterior, los alimentos comienzan a tomar relevancia en este cálculo de inflación, como muchos ya saben, se consideran alrededor de 235,000 precios de productos específicos, que agrupan 283 conceptos genéricos para determinar la tasa inflacionaria, que es un promedio de una serie de productos que ocupamos para la vida; gasolina, vuelos, automóviles, metales etc.
Una vez que entendemos que los alimentos son una parte del cálculo entre muchos otros productos, también nos podemos dar cuenta, que, de toda esa canasta, hay cosas más indispensables para lograr la vida diaria, y la comida, sin duda, es parte de los necesarios.
Cabe señalar que, a nivel mundial, los ingresos del más del 50% de los hogares, ocupan la mayor parte en la adquisición de alimentos. Por lo anterior, algunos estudiosos en la materia, firman que con un 20% de aumento generalizado en el precio de los alimentos, comenzaremos a perder terreno ante la hambruna.
Por mencionar un ejemplo, el Estado de California; produce una tercera parte de los vegetales en los Estados Unidos, y es un Estado con un estrés Hídrico muy importante, los ríos y presas tienen niveles históricos muy bajos en cuanto a la cantidad del líquido vital.
Y ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver con la inflación? Y es muy sencillo; uno de los principios básicos de los precios se basa en Oferta y Demanda. Al no tener agua o climas extremos, lo que era tierra de cultivo, ahora ya no lo es.
Al tener menos productos comestibles, tendrán que subir de precio indudablemente. Y lo anterior, no es el viaje, automóvil, restaurante que ya no puedes pagar, esto amenaza la subsistencia de vida. A pesar de los esfuerzos a nivel de mundial por reducir las emisiones del CO2, parece que tenemos cuesta arriba la reversión del desastre climático.
Como resultado de lo mencionado, la inflación permanecerá por los siguientes años de manera constante, por lo menos hasta que se revierta el cambio climático, o ajustemos el número de población mundial (7,500 millones) que tienen que alimentarse.
No quiero que esto parezca un artículo de predicciones apocalípticas, la intención es explicar de manera muy puntual el aumento de la inflación de manera general, haciendo una atención especial en los alimentos.
Sobra decir, que, de manera personal, tenemos que cubrirnos de la pérdida de valor adquisitivo mediante instrumentos de inversión: Cetes, Bonos, etc. O si tienes el privilegio de invertir en bienes inmuebles, que sea de preferencia en lugares que cuenten con recursos naturales, principalmente agua; no pierdas tiempo y comienza a plantearte una estrategia defensiva, “back to the basis”, además de tener una planificación familiar, acorde con las situaciones actuales.
Pero, lo principal comienza en documentarnos en materia financiera, climática, social; que justo por la falta de educación, llegamos a esta situación. Cuando personas como Bill Gates comentan algunos pronósticos sobre posibles pandemias desde hace una década, y al final se dan las pandemias, comienzan las ideas de complot y dominación de la elite.
Los invito a que seamos más pragmáticos. La única explicación plausible, es porque personas de este nivel, se informan de todo, devoran libros de casi todos los temas posibles, y, por ende, puede ver a la distancia lo que viene; sin ser expertos en materias ambientales, financieras etc. Por cierto, Bill y algunos de los más ricos, ya tienen algunos meses invirtiendo en tierra de cultivo.